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Andres Oppenheimer
Calificación: N/A Votos: 0 (Votar!) | Enviado martes, 14 de noviembre, 2000 - 09:57 am: |
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| ¡Animo, partidarios de un tratado de libre comercio hemisférico! A pesar de la creencia generalizada de que la actual crisis política norteamericana hará aún más difícil un acuerdo de ese tipo, la cosa no es tan sombría como parece. La opinión mayoritaria en círculos diplomáticos es que el próximo presidente de Estados Unidos —quienquiera que sea— será tan débil que no podrá convencer al Congreso de que apruebe un tratado de libre comercio interamericano. Según esta opinión, George W. Bush o Al Gore entrarán en la Casa Blanca con muletas —metafóricamente hablando, claro— y sus iniciativas serán bloqueadas automáticamente por el partido que termine en la oposición. “El nuevo presidente tendrá muy poco capital político, y dudo que lo gaste en América Latina”, me señaló un diplomático mexicano, haciéndose eco de la opinión de la mayoría de sus colegas. Asimismo, la opinión mayoritaria es que Bush, con el nuevo Congreso dominado por su Partido Republicano, sería quien tendría las mayores posibilidades de darle un empujón al plan de crear un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en el 2005, la meta convenida por Estados Unidos y más de treinta países latinoamericanos hace ya seis años. El plan está estancado en el Congreso en Washington por la oposición de legisladores demócratas, que exigen que se incluyan cláusulas prohibiendo el trabajo infantil, la contaminación ambiental, y otras demandas de grupos sindicales y ecologistas de Estados Unidos. “Sería mucho más fácil para Bush impulsar un acuerdo hemisférico de entrada”, me comentó Robin L. Rosenberg, un profesor de la Universidad de Miami y asesor de varios comités del Gobierno de Estados Unidos. “Gore tiene tantas deudas políticas con grupos sindicales y ecologistas, que probablemente tendría que esperar hasta el final de su mandato”, dijo. Es cierto que Bush se ha manifestado a favor de un tratado de libre comercio hemisférico sin condiciones, mientras que Gore exige que dicho acuerdo incluya cláusulas laborales y de protección ambiental. Sin embargo, no estoy de acuerdo con el pesimismo reinante. Algunos hechos recientes me hacen pensar que, no importa quién gane, la agenda de libre comercio podría adquirir un segundo aire. ¿Quién dijo que un presidente débil no puede aprobar un tratado de libre comercio? Hace apenas unas pocas semanas, un débil Bill Clinton, hacia el final de su mandato, logró aprobar una ley de comercio preferencial con China, y un acuerdo de libre comercio con Jordania. Y el hecho de que el plan de libre comercio regional no fue un tema de campaña electoral hará que el partido que termine en la oposición pueda apoyarlo sin perder demasiada cara ante sus votantes. Por una vez, la falta de atención hacia América Latina podría ser una bendición para la región. Hay otras razones para no ser pesimistas. Primero, el hecho de que los republicanos se quedaron con el control del Congreso hará más fácil la aprobación de un tratado. Si el Partido Demócrata hubiera ganado la mayoría del Congreso, tendríamos a los congresistas Richard Gephardt, de Missouri, y David Bonior, de Wisconsin —dos duros opositores del libre comercio— como Presidente de la Cámara de Representantes, y líder de la mayoría parlamentaria, respectivamente. Eso podría haber frenado cualquiera nueva iniciativa de libre comercio. Segundo, el recientemente aprobado Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Jordania es el primero que incluye cláusulas laborales y ecológicas que fueron aprobadas por ambos partidos, y que podrían servir como modelo para futuros acuerdos con América Latina. Tercero, el próximo presidente tendrá que ocuparse de Latinoamérica desde los primeros días de su mandato, porque deberá concurrir a la III Cumbre de las Américas en Canadá en abril. Le guste o no, tendrá que prepararse para la reunión, y presentar su visión del libre comercio hemisférico allí. Y si gana Gore, tampoco creo que se dificulten las cosas. Hasta se podría decir que Gore pudiera tener más éxito en aprobar un tratado en el Congreso, porque tendría mayor influencia sobre los miembros de su partido que se oponen al libre comercio. Considerando que la mayoría republicana del Congreso vota a favor del libre comercio, Gore sólo tendría que convencer a una minoría de moderados en su partido para lograr los votos necesarios a favor del proyecto. De manera que no se dejen llevar demasiado por la teoría del presidente débil. Los recientes acuerdos con China y Jordania, sumados a la nueva composición del Congreso en Washington, podrían darle una nueva vida a la agenda del libre comercio.
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Corre la voz
Calificación: N/A Votos: 0 (Votar!) | Enviado domingo, 11 de febrero, 2001 - 09:50 am: |
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| Para todos los seguidores del Profer. Carlos Humberto Díaz en su campaña "Corre la voz; se les notifica que los colores de su campaña son el verde y el rojo del Quetzal (que no pude vivir en cautiverio); todos aquellos que desean el cambio contribuyan con ponerse listones en sus carros, bicicletas, camiones, camionetas y pequeños moños como prendas en las solapas de la ropa como simbolo de no a la violencia, no a la alteración de las Leyes Constitucionales, no a la corrupción y no a los mismos políticos de siempre. "Corre la voz"
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